Hendriz mediante
No tenìa un mango, ni una sola
moneda partida por la mitad: asì que
por las noches (generalmente) salìa a reventar
viejos discos, libros viejos
y de inmediato, me compraba algo para morfar, ahì enfrente mismo
en la pizzerìa La Continental de Primera Junta
frente a la estatua ecuestre
absolutamente excrementada
por las grises y azules palomas
en las tardes de invierno
y por las mañanas tambièn
todo el dìa se dirìa