Hendriz mediante
No tenìa un mango, ni una sola
moneda partida por la mitad: asì que
por las noches (generalmente) salìa a reventar
viejos discos, libros viejos
y de inmediato, me compraba algo para morfar, ahì enfrente mismo
en la pizzerìa La Continental de Primera Junta
frente a la estatua ecuestre
absolutamente excrementada
por las grises y azules palomas
en las tardes de invierno
y por las mañanas tambièn
todo el dìa se dirìa
la ecuestre estatua del hèroe
enmierdada por los pàjaros
por las noches allì mismo,
el Gato y otros "en situaciòn de calle"
poco màs o menos
hacìan fila para comer un plato caliente
mientras le enchufaban
discursos escrupulosamente evangèlicos
como una suerte de ametralladora bìblica
que no paraba de vomitar versìculos
micròfono mediante
y de dar testimonio de
ciertas desgracias inverosìmiles:
parecìan entrenados histriònicamente
para desandar sus amargas historias
sus crudos relatos deshilvanados: siempre era màs o menos
lo mismo, la misma milonga o relato:
una operaciòn de por medio
de su hijito en desgracia
el hotelucho de mala o buena muerte
en las inmediaciones de Constituciòn: siempre
a disposiciòn el documento nacional de identidad
y otros documentos màs o menos oficiales o pùblicos, pri
vados tambièn
al borde del llanto mientras los pasajeros del subterràneo
miran sus celulares
o escuchan mùsica
en sus auriculares gigantescos
o mediante un aparatito
sagazmente incrustado en sus orejas
en sus ojeras
de vez en cuando, algùn incauto
desembucha sus dineros:
yo tambièn lo hice alguna vez pero ya nunca màs
nunca màs
porque estimo que hay un entrenador de mendigos
tal como afirman sentenciosamente
los hay en la India
en Bollywood
o como diablos se llame
mientras el centrifugador da vueltas
a varias revoluciones por minuto
tal como hacìan los viejos, los antiguos discos
escribo este pseudo, este sesudo antipoema pretenciosamente narrativo
mientras suena Jimmy Hendrix
el vendedor de pañuelitos de papel desarrolla su estilo
en medio de ese gusano metàlico llamado
subterràneo
màs parecido a un moderno tren que
a diferencia de los viejos vagones destartalados de comienzos
del siglo pasado
van a 1000 x hora
0 ka eme
chinos tal vez
ademàs, los callejeros artistas: el tìo que se pone arriba de la cabeza
decenas de latitas en la cabeza mientras toca el violìn
y el vagòn se mueve asombrosamente
para todos lados
los jipjoperos jipones
que desenvuelven
el antiguo arte
de la rima màsviolenta
como modernos payadores
que no saben que acaso lo son
las damiselas milenariamente eròticas
que miran sus celulares
para no ver la realidad
ni las miradas patriarcales y machistas
de los tipos bàsicamente machirulos
morder esos pezones
como si se trataran de manzanas rojas o verdes
o algùn tipo de fruta o fruto
carnal carnìvoro
lamer esas vulvas
como si se trataran de frescos helados
que se toman en la vereda
bajo el sol infernal del estìo
meter la nariz en esas axilas ricas en sudor mineral
para no hablar de esos ojos como piedras preciosas
pulidas por el agua del deshielo
y el destape alfonsinista y primaveral
esas bocas rojas pintarrajeadas
repletas de blancos dientes
dientes de dragòn
esos lòbulos
esos cuellos frìamente publicitarios
esas blancas pieles comerciales
esas mercantiles sonrisas femeninas
esos mercachifles
mientras cuelgo la hùmeda ropa
en el lavadero
la boca del subte
el pulmòn del edificio
el profilàctico arrojado al balcòn
con algo de blanco semen
el poeta barbudo y gordinflòn me aseguraba
cafè por medio
que los excesivos cunnilingus
producen càncer de lengua
no habìa que excederse en ello por tanto
segùn èl
tampoco las fèminas estaban demasiado interesadas
en serruchar
en ser cogidas
habìa otras formas del placer
supersticiones
conversaciones de otarios
que se creen màs de lo que son
peronistas evanescentes y
fundamentalmente
garcas
oligarcas
mediante las polìticas ciencias
se acomodaban en alguna jurisdicciòn
a los efectos de cobrar suculentos sueldos
a pesar de estar flojos de papeles
no tener los papeles en regla
no haber terminado el colegio secundario
y otras cuestiones igualmente administrativas
y de ìndole similar
no obstante, venden viejos libros cunables
en las ferias de libros
en librerìas de viejo
o en librerìas de usados o saldos:
libros choreados
afanados volùmenes
rapiñados en determinadas bibliotecas
o encontrados en medio de la basura
tirados a la calle por las mismas librerìas
que solo toman en cuenta
a veces
el estado del broli en cuestiòn
sin importar el contenido
asì he encontrado primeras ediciones de Voces
con dedicatoria del autor
en la parte de atràs del libro
y al revès
totalmente acorde a la filosofìa de
Porchia
o encontrar en medio de la noche
bajo la fantasmal luz de un farol
colecciones enteras de tangueros, de milongueros discos
en impecable estado
como recièn salidos del horno
como si estuvièramos en el mismo horno
que estaba por cierto para
bollos
hasta que aclare u
oscurezca
Hendrix mediante